viernes, 15 de marzo de 2013

La Cebolla. El alimento que nos enternece.


        El otro día estuve sufriendo al partir cebolla para la comida, madre mía que picor de ojos; entonces me pregunté ¿qué tiene esto para que lagrimeemos tanto?
 
    Las cebollas contienen trans-(+)-S-(1-propenil)-L-cisteina sulfóxido, una molécula que es inodora. Cuando cortas la cebolla, produces roturas celulares que permiten a un enzima llamada alinasa entrar en contacto con esta sustancia, produciendo, piruvato, amoniaco y syn-propanotial-S-óxido. Esta última molécula es el gas lacrimógeno, responsable de la irritación ocular y del lagrimeo.

        No se sabe con certeza porqué el propanotial es lacrimógeno, pero se cree es debido a que en contacto con el agua del ojo se descompone dando propanal, ácido sulfúrico y ácido sulfhídrico. El ácido sulfúrico es el que dañaría la membrana conjuntival produciendo el lagrimeo.

       Las terminaciones nerviosas en los ojos son muy sensibles y detectan la irritación provocada por el ácido. Entonces, el cerebro reacciona diciéndole a los conductos lacrimales de tus ojos que produzcan más agua, es decir lágrimas, para diluir el ácido y proteger así los ojos. 

       El truco para evitar, al menos un poco, este molesto fenómeno es enfriar la cebolla 30-60 minutos en agua con hielo. Esta acción retarda la síntesis de la sustancia lacrimógena. 

    También ayuda cortar la cebolla al lado de un grifo abierto porque el gas lacrimógeno se encontrará con el agua del grifo, con la que reaccionará liberando así a nuestros ojos del incómodo lagrimeo.  

     Un grupo de científicos ha conseguido mediante ingeniería genética una cebolla que no provoca lágrimas, ya habréis visto la llamada cebolla dulce en el mercado. Esto se logra silenciando los genes que sintetizan algunos de los compuestos químicos esenciales para que se forme la sustancia lacrimógena. 

     No obstante, la nueva a cebolla aún tiene que mejorar; su sabor es diferente al de las cebollas convencionales. 

       Decir que la cebolla no nos jode por joder,  el propósito original de este mecanismo era disuadir a los animales de comerse la planta. 


                                             No me comas cerdo

viernes, 1 de marzo de 2013

¡Que no te la den con queso!

     ¿Sabéis el origen de esta expresión? ¡Pues vamos a desvelarlo!

     Antiguamente, cuando los compradores de vino visitaban las bodegas, antes de hacer la cata de los posibles caldos a comprar, los bodegueros ofrecían al visitante unas tapitas de queso; os preguntaréis: ¿esto por qué?, ¿por cortesía? ¡Pues no!

     Cuando en la bodega había una partida de vino mala, se ofrecía queso, ya que ciertas proteínas de éste, tienen la capacidad de alterar las papilas gustativas, haciéndolas insensibles a ciertos defectos del vino.

     Así, aunque el vino fuera “exquisito”, el comprador quedaba satisfecho y la bodega le encasquetaba la máxima cantidad posible.

     Cuando el cliente probaba el vino en casa…riquísimo.

     Ya sabéis, si a los pitarreros más que vino os ha salido vinagre, un poquito de queso y para dentro.


 
¡Seguro que el inventor de esta estratagema era español!