viernes, 1 de marzo de 2013

¡Que no te la den con queso!

     ¿Sabéis el origen de esta expresión? ¡Pues vamos a desvelarlo!

     Antiguamente, cuando los compradores de vino visitaban las bodegas, antes de hacer la cata de los posibles caldos a comprar, los bodegueros ofrecían al visitante unas tapitas de queso; os preguntaréis: ¿esto por qué?, ¿por cortesía? ¡Pues no!

     Cuando en la bodega había una partida de vino mala, se ofrecía queso, ya que ciertas proteínas de éste, tienen la capacidad de alterar las papilas gustativas, haciéndolas insensibles a ciertos defectos del vino.

     Así, aunque el vino fuera “exquisito”, el comprador quedaba satisfecho y la bodega le encasquetaba la máxima cantidad posible.

     Cuando el cliente probaba el vino en casa…riquísimo.

     Ya sabéis, si a los pitarreros más que vino os ha salido vinagre, un poquito de queso y para dentro.


 
¡Seguro que el inventor de esta estratagema era español!

3 comentarios:

  1. Que curioso oye, estamos hartos de escuchar y utilizar expresiones de este tipo sin pararnos a pensar de donde vienen. Habrá que tomarse queso si queremos ingerir cierto vino que circula por ciertas tierras pueblerinas...

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  2. Joder tio, ahora entiendo eso que escuché una vez a mi padre de que combinar queso y vino era un arte!!!

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